- LA FINCA DE LOS MARQUESES -


En un camino viejo entre poblaciones que ya ni el imaginario imagina,
había una acequia que cruzaba una finca y que por un puente se pasaba. 
Su jardín disponía de una superficie de más de 1000m, un vergel que una
hilera de cipreses conducía a la entrada principal para una casa neoclásica.
De color ocre, entre sillería y porche porticado de columnas jónicas, atrás
quedaban los establos y por increíble que pareciera, hasta de teatro disponía.

Esplendor sin brillo pero cautivador, este edificio data del siglo XVI.
Originariamente nació como finca agraria para convertirse en recreo
perteneciente a familias nobiliarias pudientes de marqueses o condes.
Mobiliario extinto, sin baldosas que luzcan el suelo, hoy la imaginación
juega el papel más importante para vislumbrar toda lo que fue grandeza.

Bienvenida a orín y excreción daban fe de otros linajes y estado actuales
pero sin perder un ápice de lo mejor que otro tiempo dotó a este caserón.
Bienvenidos a La Finca de los Marqueses.




De planta cuadrada y con 3 pisos, la citada baja era execrable de denuncia.
La última eran los aposentos de criados y servidores en su día donde el único 
interés de este lugar lo tenía la segunda de ellas, las dependencias de
convivencia doméstica y social con un imponente salón como colofón final.

Y como he dicho que tocaba imaginar, quiero pensar que este era el comedor.

Larga mesa central, tintineo de copas y chocar de besos,
humo de cigarrillo o puro embriagado entre whisky o ron.
Brindis de copa alzada entre risas y música para la ocasión.


Despidiendo el jolgorio, tu signo define tu nacimiento y tal vez, parte de tu ser


Antesala de constelaciones visibles desde la Tierra, la estrella como epicentro
mismo de un universo olvidado y decadente, ya no vislumbra gloria.


Estancias ubicadas al mediodía, lo extraño era que dispusiera de gabinete o
sala de grabados y cartografía decorado con frescos, pinturas y litografías.


La gran y ultima de las salas era en realidad la primera al entrar,
iluminada por una linterna central de planta cuadrada, torreón de
cuatro aguas de teja por donde entra la luz a través de ventanucos,
era imposible no mirar hacia arriba, a esa obertura, al eje de todo un conjunto.

Ensoñando posibles vivencias, imagino la recepción bajo esa magnificencia.


Como el Panteón, "templo de todos los dioses", ensalza el arte por bandera,
muestra humildad de otras formas al decorar sus estancias de ejemplos
que le son impropios pero que realzan su magnitud en nombre de la cultura.


Lamentablemente, se perderá por la desidia de los hombres y sus intereses.
Inexorablemente, solo quedará bajo el amparo de los ángeles.







DESCANSO DE UN DIA ETERNO, EL MARQUÉS NO ESTÁ EN CASA. 
TAMPOCO YA NADIE LE ESPERA, NI SIQUIERA LE RECUERDAN.

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