- TEXTIL XXL -


Un pequeño taller cercano al rio, no vislumbraba auge mayor que sobrevivir a  
mediados del siglo XIX, donde el sueño de dos hermanos crearían un monstruo.

El infatigable apogeo latiría al vapor de las máquinas, al sudor del esfuerzo,
un ritmo que se regía por la fuerza del agua, a la que debía su movimiento.  
Sus talleres, almacenes, naves y más de 500 telares, hilados, cardados, etc.,
ocuparon en su mejor momento a más de 1200 trabajadores repartidos en
turnos desde las 5 de la mañana del lunes al domingo en jornal de 12 horas. 

Oficio desaparecido, empleo inexistente. Hoy es la Textil XXL.


 




  Antaño, lejos de los núcleos de población más importantes, este lugar de paso
se encontraba en la más absoluta ignorancia, vacío, desnudo, inhabitado.
A raíz de la creación del taller, gentes de todas partes de la geografía española
vinieron en busca de trabajo y oportunidades al reclamo de empleo y sueldo.
  Su tamaño se convirtió en descomunal con productividades de tallaje XXL,
 tanto, que provocó la creación de todo lo necesario para que naciera el pueblo.

Poco a poco, contaría con bloques de pisos,  que en su totalidad sumaban 
más de 300 viviendas, cine, teatro, iglesia, colmado, estanco, peluquería, etc.


Aún así, no todo fueron flores para esta colonia, la dificultad de levantarla
procuró un éxito rotundo, apoteósico, pero en época de Guerra Civil
llevó a los susodichos hermanos exiliarse en el extranjero, colectivizándose
la textil en favor de los trabajadores por medio de una CNT combativa.
Otros, perecieron a las balas de bandos enfrentados sin contemplaciones.

Tras el fin de la contienda, estos regresaron y recuperaron su creación.
Llegaron los mejores años de su existencia hasta la crisis del sector.
La conmoción sería enorme, su ritmo cesó en años pero la década de
los 90 fue el total desplome de una vida construida a ritmo de colonias.

Estos talleres y almacenes son hoy el legado silencioso de esa época.   


De una punta a otra bien podrían caber dos campos de fútbol o más,

siendo solo la parte baja de un complejo innumerable de espacios


 Desde esos lejanos años hasta hoy, este lugar ha vislumbrado su propi
revolución industrial como la primera colonia de toda una región,
lo que si jamás no volverá a revivir, es esa apoteosis de vida y producción
donde el textil se ha basado en disponer de mano de obra barata
a costa de sueldos miserables en jornadas totalmente inhumanas.
Su involución la han llevado hacia Asia o el Este europeo, donde la 
explotación y el pago de sueldos mínimos genera mayores beneficios.

De la muerte se regenera la vida y del abandono, posiblemente arte.
Las calles y paredes de la gran fábrica, son hoy mural de artistas.





DESPUÉS DE TODO, LA MUERTE, 
ES EL SÍNTOMA INEQUÍVOCO DE QUE HUBO VIDA.
 LA QUE EXISTIÓ, Y LA QUE TAL VEZ ESTÉ POR LLEGAR. 
 

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