- LA VILLA NEOCLASSICA -

El feudalismo, como sistema de gobierno y organización económica,
social y política en la Edad Media con lazos entre vasallos y señores,
sitúa a esta villa en la historia para con uno de los últimos marqueses.

A su muerte, y tal vez a la de la sumisión y el vasallaje de una época,
dejaron al mismo sin herederos, legando su propiedad a un sobrino.
Este, encargó la reconstrucción de la villa en honor a su esposa,
como el último de los regalos de un amado que fallece temprano.
Viuda, heredaría el palacio, se volvería a casar y le dotaría de su nombre,
instalandose en ella para renovarlo al gusto neoclásico de una época
de cariz novelesco para la pomposidad de la clase alta a fines del s.XVIII.

Esta majestuosa villa, museo del tiempo, loa el arte y resuena clásica.
Su belleza la retiene el tiempo para no olvidarla una vez se ha visto.
Bienvenidos a La Villa Neoclassica.

La gran sala elíptica, que ocupa el cuerpo central del edificio de 2 pisos de alto
y cubierta por una cúpula de claraboya, está bellísimamente adornada por
12 figuras modeladas en estuco blanco, simbolizando un arte o profesión.

Columnas con capiteles corintios, alas centrales dispuestas en dos órdenes
de logia y frontón, adornos dispuestos con el escudo de armas familiar,
dotan a esta villa monumental de la máxima expresión de una época finita.

El gusto por lo griego, lo neoclásico del conjunto, hacen de la viuda amada
como si en Hera se reencarnara, la diosa del hogar, la reino del Olimpo.

Pero el sueño de emperatriz de la viuda se desvenecería en 1921.
Un industrial de la seda la adquirió, adjuntando su complejo fabríl
tras el gran parque contiguo al edificio hasta 1950.

Posteriormente tendría varios usos, botellas en un lateral de la primera planta
indican que se podría haber utilizado como embotellado de agua natural
o incluso para vino, con supuestos paneles donde resecar uva.

Especulaciones todas, abandonada desde quien sabe cuando y cuanto,
en 2004 alguien la compró pero todavía no le ha dado el lustro que merece.

Pocos enseres atestiguaban la vida en este esplendido vacío.
En estancias del otro lateral que bordeaban la gran sala,
maletas, zapatos, un plegatín y chaquetas colgadas de un mueble
te conducían a las escaleras del piso superior, donde lo mejor estaba por llegar.

Tras subir, nos adentramos en la primera habitación que vimos,
pero al girarnos, volviendo nuestros pasos, se paró el tiempo.
Las palabras no llegan para explicar momentos como este.

La imaginación volaba, los sentidos estaban a flor de piel,
un lugar que el peso de la historia a olvidado y que se descubría
con toda esa maravillosa grandeza, inolvidable e irrepetible.

Antes de irnos, admiramos desde arriba la gran sala.

YACIENTE MIRANDO TU ESPLENDOR,
ILUSIÓN MARCHITA AL PASO DEL TIEMPO,
EL FUTURO YA NO ES TU POSIBLE ESPERANZA,
PERO EN ESTE PRESENTE, TU ERES INMORTAL.