- HOHENLYCHEN (II) -


Desde que nacemos, la historia se nos presenta de forma desorganizada.
Ideales, conceptos, políticas y modos de vida, son adaptadas a nuestra
memoria muy bien sin saber de donde proceden o porque surgieron.
Posiblemente, al final de nuestras vidas es cuando entendamos su orden.

Mirando a través de esta ventana, reflexionando, pienso que
ningún pueblo sin esperanza esta exento de abrazar la barbarie.
Donde los populismos crean esa sensación agradable de creer que es posible,
y las formas de estado aplicadas acaban siendo sus totalitarismos.
Casos en la historia hay muchos, pero el de Alemania es inolvidable.

Bienvenidos a Hohenlychen.
El nazismo, su horror y experimentación. 2ª parte.

 
Cuando la desesperación es tan grande que ninguna luz ilumina,
la creencia a una idea, una simple oportunidad, es suficiente.
Adolf Hitler supo ver en su pueblo tal estado para su dominación.

La derrota electoral en 1932 de su partido, la NSDAP, le llevó 

a promover en forma de violencia y revueltas callejeras intencionadas,
la desestabilización de un gobierno débil existente hasta su inevitable 
nombramiento como canciller alemán el 30 de Enero de 1933.
Su determinación e ideas eran tan fuertes, que solo sería el comienzo.

La forma de estado se centraría alrededor de su figura, 
él era el pueblo, el Führer, la ley sin discusión u oposición.
Su figura era la de un líder incuestionable y el salvador de la nación.
Tras su éxito, era hora de presentar sus doctrinas para años venideros.

Tomen asiento, la historia es larga y parece incómoda. 


El antisemitismo fue la principal de todas sus doctrinas, 

Hitler presentó a los judíos como enemigos de la raza humana
y los culpables de la derrota de Alemania en la 1ª Guerra Mundial.

El "arianísmo" era la excusa perfecta para "limpiar", 
exterminar un pueblo y cultura, y alzar a la supuesta "verdadera".

Tal propaganda inculcada, calaría de lleno en la población.
 La persecución judía sería un hecho que les conduciría a estos
a trabajos forzados en campos de concentración y a una inevitable muerte.


Mirando al mundo por encima del hombro, este 

empezaba a alertarse de las disposiciones del Führer. 
Grandes planes tenía en mente queriendo mostrar su grandeza.
La organización de los JJOO Berlin'1936 eran su oportunidad.

La concesión como sede le fue otorgada a Berlín en el año 1931, 
desconociendo por completo que Hitler estaría al mando.
Como era de prever, antes de que se organizaran los juegos,
Estados Unidos intentó boicotearlos y España se negó a participar.
Finalmente, se celebrarían, ¿siendo del éxito esperado por el Führer?

La magnificencia de su obra debía mostrarse en un estadio 
diseñado por Speer y en una propaganda promovida por Goebbels.
Alemania no podía fallar y el nazismo debía triunfar.
 Le pese a quien le pese, y aunque quieran poner como 
máximo triunfador de esos juegos al atleta de color Jesse Owens,
sin quitarle ni despreciarle sus logros, Alemania arrolló en el medallero.

Hitler, estaba tremendamente satisfecho.


Desde el inicio en 1903, este era el edificio principal, 

donde se acogió a los niños enfermos por primera vez, 
donde estaban las primeras camas y también los quirófanos.

Descendiendo del último piso hasta llegar al hall de entrada, 
la historia ha narrado inevitablemente el devenir de este lugar.
Sin ella, sería imposible entender que papel jugó Hohenlychen.

 Situándonos en que fue un hospital para niños tuberculosos 
y hospital militar en la 1ª Guerra Mundial hasta la llegada nazi,
 vayamos por partes, aferrense a la silla e imaginen 
lo peor de lo humano y posiblemente se acerquen.
El demonio se llamaba Karl Gebhardt.


Desde pequeño, Gebhardt vio en la medicina su vocación, 
siendo su padre el médico personal de la familia Himmler.
Amigo desde la infancia con Heinrich, ambos, en sus terrenos,
progresaron dentro del partido nazi y de las SS como miembros destacados.

Gebhardt fue nombrado superintendente médico de Hohenlychen en 1935.
Secundado por Hitler, Karl transformaría el sanatorio en un centro
para la investigación médica y hospital deportivo del 3er. Reich.
Sus experimentos y labores en el campo de la medicina, le reafirmaban
en la preparación de los deportistas alemanes para los JJOO Berlin'36.
Campos de entrenamientos, gimnasios, piscinas y salas de baño,
junto con un personal médico deportivo altamente cualificado,
dotarían a Hohenlychen como centro de élite deportiva mundial.
Estas instalaciones, eran una fábrica de campeones y quien sabe, 
si a manos de Gebhardt y con el aplastante dominio alemán en los juegos,
el inicio del dopaje deportivo por el éxito a cualquier precio.


El olfato se alerta a cada paso que damos en un ambiente cargado.
Después de tantos años, persiste para nuestra sorpresa, 
ese olor tan característico a dettol que habita en los hospitales.
 Este antiséptico desinfecta y elimina los gérmenes, pero no la memoria.
 Aquí, entre estos pasillos y estancias, se encontraba la división de operaciones.
Aquí,  se experimentaba con humanos a límites insospechados.

Gebhardt, fue nombrado por Himmler como médico jefe de las SS para experimentos médicos con presos de Auschtwiz y Ravensbrük.
Sin ningún tipo de limite, siniestras actividades fueron llevadas a cabo.
 Aquí, se amputaban miembros de presos sanos para probar prótesis.
O bien, se les intercambiaba por el de otro que igualmente fuera amputado.
Aquí, se realizaban defenestraciones, arrojando a propósito a alguien 
desde una ventana para lastimarle, proceder a su cura y estudio de daños.
Aquí, se realizaban injertos de brazos y piernas entre presos.
Se diseccionaba a personas vivas, normalmente mujeres, sin ningún tipo
de anestesia para comprobar el alcance humano soportable.
Aquí, se experimentaba con antibióticos tras simular una herida de guerra
en las piernas introduciendo astillas de madera, esquirlas de metal,
tierra, vidrio o cuerpos extraños que pudieran estar infectados.
O se provocaba la gangrena o el tétanos con el fin de probar su eficacia.
Sujetos a observación sin ningún tipo de tratamiento, se evaluaban los efectos.
Si alcanzaba la mejoría, estos serían gaseados, tras todo lo sufrido.

La pesadilla de la realidad superaba a la ficción, todo pasaba en estas salas.


Mientras todo esto pasaba, la hegemonía nazi se asentaba
de tal forma, que era la hora de expandir su territorio.
Austria fue la primera en anexionar, ocuparon 
Checoslovaquia después y a Polonia la invadieron, 
hecho que, Reino Unido y Francia les declararan la 
guerra provocando el inicio de la 2ª de las Mundiales.


Pronto su poder se impuso de nuevo en Dinamarca, Noruega,
Holanda y clamorosamente se adjudicarían Francia después.
Querellados con los británicos, estos hubieran caído también 
de no ser porque Alemania pretendía crecer al Este con la anexión 
de la enorme Unión Soviética, con todo lo que ello representaba.
La operación Barbarroja triunfaba en agosto de 1941 y llegarían a Moscú.
Secundando a sus aliados italianos, también invadirían el norte africano.

Tal presencia bélica tenía que pasar factura.
Alemania necesitaba reclutar cada vez más soldados alemanes
que salieron de sus puestos de trabajo para irse al frente a luchar.
El déficit de trabajadores en la industria sería sustituido por aquellos
 prisioneros de guerra reclutados ante un mapa europeo casi al completo,
  abanderado por la esvástica nazi a finales de ese mismo año.

La Unión Soviética, durante casi dos años, reclutó y creó un gran ejercito 
para reclamar lo que era suyo y eliminar a los alemanes de su ocupación.
La victoria en la batalla de Stalingrado de 1943 fué totalmente la clave 
y ellos eran ahora quienes se dirigían hacia el oeste europeo desde el Este.
Por el Oeste, el Reino Unido y EEUU conjuntamente,
bombardearon y atacaron ciudades como Colonia y Dresde.
La Alemania Nazi estaba acorralada por ambos lados, 
la destrucción de sus ciudades, vías de comunicación y 
consumo, les estaban obligando a claudicar.

A principios de 1945, las fuerzas soviéticas rodeaban Berlín y estadounidenses y británicos, tenían tomada la mayor parte de la Alemania occidental. 
Berlín estaba sitiado y Hitler paranoico en su Führerbunker.
El Ejército Rojo ruso-comunista cada vez estaba más cerca, su aliento trastornaba a un dictador hipocondríaco incapaz de hacer nada.
Su ira y rabia dictaminaban ordenes sin sentido y ejecuciones.
El fin de Hitler y la Alemania nazi eran inminentes, como así fue.

Adolf Hitler, se suicidó junto con su esposa en el Führerbunker.
Joseph Goebbels, acompañó a Hitler en el mismo bunker 
junto con su esposa y sus seis hijos autoenvenenándose.
Heinrich Himmler, huyó hasta ser capturado por los británicos,
mordiendo una capsula de cianuro autosuicidándose en un interrogatorio.
Albert Speer, sentenciado en los juicios de Nuremberg, pasó 20 años encarcelado hasta su liberación. Murió en 1981 de forma natural.
El demonio de Gebhardt, acompañó en la huida a su amigo Himmler,
fué detenido al mismo tiempo, juzgado y condenado por crímenes
contra la humanidad, promotor de la guerra y su genocidio.
Murió ahorcado en una prisión.

Hohenlychen quedó abatido, destrozado y ocupado por los rusos.
Pero esta, vuelve a ser de nuevo, una nueva historia.

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